La revolucionaria salvajada de David Byrne

Via Cadena SER

JuanJo Martín (EFE)

Por Alfonso Cardenal

Pasadas las diez la noche las luces iluminan a un tipo de pelo blanco y traje gris que sentado en un pupitre sujeta un cerebro en el centro de un inmenso escenario vacío. Un escenario sin instrumentos, sin micrófonos, sin cables. Un escenario en el que el líder de los Talking Heads está solo. Así comienza el nuevo y revolucionario espectáculo de David Byrne, que este martes vendió todas las entradas en Madrid precedido por un rumor que llevaba meses circulando, pasando de boca en boca ciudad tras ciudad. Un rumor que apuntaba a que había que ver la experiencia musical del veterano artista neoyorquino.

Para su nueva gira, Byrne ha roto las normas del rock con una impactante propuesta en la que no hay nada en el escenario salvo él y once músicos y bailarines que llenan el espacio cargando con sus instrumentos y moviéndose sin pausa en una coreografía salvaje de dos horas sin freno. Un espectáculo que derriba ideas preconcebidas sobre lo que es o debe ser un concierto.

Angel Manzano (Redferns)

David Byrne ya mostró sus inquietudes sobre las tablas hace treinta años en el inolvidable Stop Making Sense (1984) y en este tiempo se ha reafirmado en libros y discos que retrataban la creatividad del músico estadounidense, capaz de escribir 400 páginas para reflexionar sobre Cómo funciona la música. Pero lo que Byrne está haciendo ahora es otra cosa. En esta gira, el cantante y compositor ha ido más allá creando un espectáculo que deja con la boca abierta desde el primer minuto y que cuesta describir o comparar, porque no hay nada con lo que compararlo. Su concierto pasa por cambiar la idea, asentada en la música, de que los músicos están anclados al escenario con sus instrumentos, dejando los movimientos y la acción al cantante y como mucho al guitarrista. En el espectáculo de Byrne todos cargan con su instrumento ya sea una batería desconstruida o un teclado y todos se mueven y bailan constantemente de una manera armónica y estudiada. Bajo esa premisa, que altera el statu quo del rock, se desarrolló un concierto difícil de olvidar que no tardó en arrancar una unánime ovación al primer respiro que se concedió el músico.

En ese escenario vacío, más propio de un monólogo de teatro que de un concierto de rock, Byrne presentó las canciones de American Utopia, un álbum tremendamente creativo y crítico, que fue el eje de un concierto que también regresó, sin reparos, a los grandes temas de Talking Heads (Once in a lifetime, Burning Down the House, This Must Be the Place) o a composiciones de su carrera en solitario o colaboraciones, como la que firmó con Fatboy Slim. Un recorrido musical retratado de un modo único, plasmado y expuesto desde una perspectiva revolucionaria que lleva el rock a otra dimensión y que deja la sensación de que la música sería muy diferente si pudiésemos clonar a este viejo de pelo blanco y traje gris, a este creador que se sorprende cuando conoce a músicos que no son curiosos. Él, que lleva treinta años viajando por la música hasta llegar al futuro.

November Radio David Byrne Radio Presents: Mali

More Info